5ª ITINERANCIA EN HUNGRÍA


El fin de semana del Domingo de Ramos, la Comunidad ha vuelto a la misión de acompañar a nuestros fieles amigos húngaros de las rutas de peregrinación, a las “perlas” de la Via Margaritarum y peregrinas de otras itinerancias anteriores, asi como a algunos amigos nuevos.

Nos han pedido un retiro con acompañamiento espiritual y nos parecía providencial compartir con ellos el tema de RECONCILIACIÓN y PERDÓN. La semana de nuestra partida fue cuando el Papa Francisco anunció para el próximo año 2016 el Año de la Misericordia; en Comunidad llevamos meses trabajando este tema y la fecha de nuestra itinerancia coincidió con el final de la cuaresma – de manera que nos sentíamos llevadas totalmente por el Espíritu, en plena comunión con nuestra Comunidad y con la Iglesia universal.

El ambiente era fraterno y muy recogido; nos acogieron las Hermanas de la Santa Cruz en Pilisborosjenő en su casa de espiritualidad junto a la iglesia del pueblo, proporcionándonos un ambiente ideal para el retiro. Nos emocionó el cariño con el que el grupo acogía las claves, los momentos de silencio, la oración y el compartir; la meditación con las imágenes de la mural del Hijo Pródigo de nuestra hermana Francis, los cantos… Todo con inmensa gratitud y mucha receptividad. El sábado por la tarde, el joven párroco del pueblo nos ofrecía el sacramento del perdón y el domingo participamos con los fieles del pueblo en la celebración del Domingo de Ramos.

Hubo mucha gracia palpable en esta itinerancia en los encuentros personales que tuvimos durante y después del fin de semana. Algunos amigos que no pudieron asistir nos pidieron hablar personalmente, vimos brevemente a las familias de las hermanas húngaras (de Noémi y de Erika) y también tuvimos un encuentro con las familias del grupo de fe de la Hna. Erika que habían conocido otras hermanas y laicos de la Comunidad en viajes anteriores.

Fue una bendición especial la compañía alegre y simpática de nuestra amiga Andrea en esta itinerancia – un deseo que teníamos en el corazón de poder compartir esta misión de la Comunidad con laicos se ha hecho realidad gracias a su coraje. ¡Dios quiera que se vuelva a repetir!

Para terminar, queremos dar gracias a Dios por todo lo que ha obrado en y a través de nosotras, por todos los frutos que esta itinerancia ha dado y dará en el futuro y a todos cuantos lo habéis hecho posible: los participantes, nuestras familias y las Hermanas que nos han acogido y de manera especial nuestra Comunidad, que ha querido llevar a cabo esta itinerancia con nosotras de nuevo CON UN SOLO CORAZÓN Y UNA SOLA ALMA HACIA DIOS.

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